El Pizzomunno, símbolo de la ciudadela de Vieste, es un imponente farallón de piedra caliza de 25 metros de altura al principio de la playa Mattei.
Admirado por todo el mundo por su majestuosidad, el Pizzomunno es más de lo que parece.
Algunas personas dicen que habrían sido testigos de su inexplicable desaparición, la cual se podría en vez explicar a través de una maravillosa leyenda que está ligada a este hermoso monolito…
Imagínate la suave brisa marítima que refresca la ciudadela gargánica de Vieste en una noche de verano, la luna que está alta en el cielo y las olas del mar que acarician suavemente la arena dorada, mientras dos cariñosos amantes miran abrazándose a este maravilloso escenario.
Nos encontramos en un tiempo lejano, cuando Vieste no era nada más que un pequeño pueblo compuesto por chozas habitadas por pescadores. Entre ellos, se destacaba el joven Pizzomunno. Él era amado por todas las mujeres del pueblo por su atractivo, su fuerza y su bondad de corazón. Pero su corazón pertenecía solamente a Cristalda, una chica de extraña belleza con el pelo dorado y con los ojos azúles, en los cuales ella guardaba las olas cristalinas del mar de Vieste.
Los dos jóvenes estaban unidos por un amor indisoluble que ponía celosas todas las mujeres del pueblo. Y no sólo.
Cada día, cuando Pizzomunno se aventuraba en el mar con su barca, las sirenas se acercaban a él para dedicarle cantos de amor, prometiéndole de hacerlo inmortal y de coronarle rey de su reino, si solamente las siguieras al abismo del mar. Pero su amor por Cristalda era tan fuerte que hacía inútiles los esfuerzos de las sirenas, aumentando día tras día el resentimiento de las encantadoras.
Así que una noche, mientras los dos jóvenes enamorados estaban mirando a las estrellas abrazándose a la orilla del mar, las sirenas emergieron del mar y secuestraron Cristalda, encadenandola y arrastrandola en las profundidades del mar. Pizzomunno intentó en vano de seguir la voz de su amada y, petrificado por un dolor agonizante, se convirtiò en el blanco farallón que aún hoy domina la playa de Vieste.
Pero la leyenda cuenta que cada cien años, en la tarde del 15 de agosto, el hechizo que ha afectado los dos amantes se rompa, así que Pizzomunno vuelva a su forma humana y Cristalda emerja de las profundidades del mar. Sólo por una noche, Cristalda y Pizzomunno pueden revivir su amor arrollador, aunque conscientes que tendrán que esperar otros cien años para poderse abrazar una vez más.
Muchas personas visitan el Pizzomunno para admirarlo, fascinados por su historia. Aún el cantante Max Gazzè le dedicó una canción titualda La leyenda de Cristalda y Pizzomunno, con la cual participó en el Festival de Sanremo 2018, emocionando a todo el mundo con sus suaves verso:
E così la gente lo ammira da allora (Y así la gente lo admira desde entonces)
Gigante di bianco calcare che aspetta tuttora il suo amore rapito (gigante de blanca caliza que espera todavía a su amor secuestrado)
E mai più tornato, ma io ti aspetterò (Y jamás devuelto, mas yo te esperaré)Fosse anche per cent’anni aspetterò (Aunque fuera por otros cien años esperaré)