Tiempo atrás se la llamó la “Tiella” en relación a la cazuela donde se preparaba. Es una mezcla de varios ingredientes, superpuestos y crudos en diferentes capas, en una cazuela para meter en el horno. La elaboración de la “Tiella” no sigue una regla fija así que da espacio a la propia creatividad, puedes añadir o quitar lo que quieras. ¡Pero lo imprescindible es que nunca falten las patatas!
HISTORIA
Para descubrir sus orígenes, hay que viajar atrás en el tiempo hasta llegar al siglo XVI, período en el que los españoles dominaban el sur. La “Tiella” es el testimonio de la presencia española en Apulia y demuestra que la convivencia, voluntaria o involuntaria, produce a la fuerza algo nuevo, adaptándolo a las condiciones cotidianas y convirtiéndolo con el tiempo, en algo que será auténtico. No es difícil pensar que la Paella ibérica y la Tiella de Apulia tienen mucho en común. El arroz lo descubrieron los árabes y lo difundieron los españoles en el año 500, y después junto a los mejillones, cebollas, tomates y patatas. Con el descubrimiento de América, en el año 700, se añadieron los pimientos y los chiles. Y no es coincidencia que las dos recetas tengan el nombre de los recipientes donde se cocinaban: en el dialecto de Bari, “tied” significa cazuela, es decir, una olla alta hecha de barro y en forma circular.
CURIOSIDADES
Como todos los platos típicos de Apulia, la “Tiella” también es un plato pobre y de origen popular, compuesto inicialmente por ingredientes simples, como el arroz y las patatas, que nunca faltan en las casas de los agricultores. Y cuando el horno no era todavía un aparato doméstico, las amas de casa preparaban este plato los domingos por la mañana y después los hombres lo llevaban a cocer a los hornos de leña públicos. En esa precisa mañana de la semana, el olor de la “Tiella” recorría las calles de Bari Vecchia. Con el paso de los años se añadieron otros ingredientes como cebollas, calabacines, queso y mejillones locales, y en algunos casos alcachofas.
