Si alguna vez habéis estado en Barletta, es imposible que no hayáis notado Heraclio, la estatua de bronce de 4,50 m de alto situada en el centro de la ciudad cerca de la Basílica del Santo Sepulcro.
¿De qué o de quién estamos hablando?
Identidad
No se sabe todavía quién representa la estatua, pero las hipótesis en los últimos años sugieren que podría representar el emperador Heraclio I, aunque esta hipótesis ha sido refutada por estudios recientes. A menudo, se ha asociado la estatua con el emperador Valentiniano III por la semejanza de la cabeza y de los pendientes. Sin embargo, esta hipótesis también ha sido refutada. La hipótesis más acreditada ha sido la que asocia la estatua al emperador Teodosio II: él tenía el mismo peinado y vestido. Además la joya gótica que se encuentra en la diadema situada en la frente del gigante, nos lleva hasta Elia Eudossia, madre del emperador Teodosio.
Historia
Siempre ha habido muchísimas dudas sobre la identidad de Heraclio. Incluso las declaraciones de los históricos sobre la historia del gigante están divididas. Algunos dicen que a Heraclio le encontraron en una roca de la playa de Barletta. Se cuenta que los Venecianos, durante el viaje de regreso del asedio a Constantinopla del 1204, lanzaron la estatua al mar por una tormenta y por su mucho peso. Los análisis químicos del material de la estatua efectuados recientemente no confirmaron esta hipótesis, ya que el material no presentaba cantidades considerables de yodo. Otros históricos afirman que la estatua fue transportada desde Ravenna después de que lo ordenara el emperador Federico II de Svevia, quien quería enriquecer las principales ciudades del imperio. Se cuenta que inicialmente la estatua tenía Lucera, Melfi o Foggia como destinos, pero por razones aún no claras se quedó en Barletta, convirtiéndose en su emblema.
Leyenda
La leyenda cuenta que un día el Gigante de Barletta bajó de su pedestal para ayudar al pueblo barlettano, el cual tenía mucho miedo porque los Sarracenos iban a atacarle. El gigante, pensando con astucia, fue capaz de idear un plan perfecto para derrotar al pueblo atacante: cuando los enemigos llegaron, él fingió llorar sentado en el arcén de la carretera. Los Sarracenos, asustados pero al mismo tiempo intrigados le preguntaron porqué estaba llorando. Heraclio dijo que por su baja estatura y por su debilidad fue expulsado por sus paisanos porque no sería capaz de jugar con ellos. Los Sarracenos, al recibir esta respuesta, se atemorizaron ante la idea de que los demás habitantes pudieran ser aún más grandes y poderosos que Heraclio. Así que decidieron no atacar Barletta y huir. Gracias a esta estrategia, el ataque de Barletta paró y desde entonces Heraclio se considera un héroe.